domingo, 19 de junio de 2011

aquella, tan llena de luz:

A la sombra del templo vimos un amigo mío y yo a un ciego que estaba allí sentado a solas.
Y dijo mi amigo:
"¡Mira! Ahí tienes al hombre más sabio de la tierra"
Me separe de mi amigo, me acerqué al ciego, le saludé y nos pusimos a hablar los dos.
Cuando hubo pasado un rato, le pregunté:
"Perdona mi pregunta, pero ¿desde cuándo eres ciego?"
"Desde que nací", me contestó
"¿Qué sendero de sabiduría sigues?", le dije.
"Soy astrónomo", contestó.
Y poniéndose las manos en el pecho, añadió:
"Sí, contemplo todos los soles, todas las lunas y todas las estrellas que tengo aquí dentro."

(alguna vez, al hablarte con el corazón ahogado en ansias, sin saber cómo, fuiste capaz de llenarlo de lucesita, una muy clara, una muy tibia, dulce como tú...")

2 comentarios:

  1. Eh pasado, con sinceridad te lo digo, los mejores años de esta corta vida estudiando el significado de muchas cosas. Este búsqueda por saberlo todo, me ha dejado con dotes de sabia y con facha de inteligente.
    A ti mujer, te puedo decir. Que no hay palabra grande o pequeña que describa tu grandeza espiritual. No hay palabra que siquiera merezca una mirada tuya de esos ojos persas que un Dios vanidoso dejo en tu rostro. No hay palabra que valga un poco de lo que tu tanto vales. No hay palabras para agradecer y decirte lo mucho que significas para esta insignificante.
    Te quiero amiga. Nos vemos en la eternidad.

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  2. tienes una manera muy sutil de decir las cosas, no había encontrado nunca antes a alguien así, como tú, mi corazón se abre para ti sin miedo y no me arrepiento de que así sea, y es que, no encuentro, simplemente no encuentro manera de agradecerte; de corazón, a ti, mil gracias :)
    te quiero mucho
    <3<3<3

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