miércoles, 13 de marzo de 2013

Para los que vienen, los que están, que no ceden, entregan, y confían:

Es como se va apagando la llama de nuestra grandeza declinante. La última esperanza se ha refugiado en las regiones apartadas. En el corazón de los que gracias a Dios todavía conserváis un rescoldo de lo que fuimos. En las bocas de los que habláis un idioma sin polución de palabras extranjeras. En la sangre sin corromper.
Bami sin sombra, Fernando Aramburu


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