Se piensa que la representación pictográfica de la P se relaciona directamente con la posición que adoptan los labios al pronunciarla. Los fenicios la llamaron pé, los griegos pi y los latinos P otra vez. Dada su sencillez, no hubo cambio en su trazo al pasar de capital a uncial, ni de uncial a minúscula.
Victoria García Jolly, El libro de las letras
(y si así sucediera, entonces mis labios ya no serán con forma de P para ti... )
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