¿Quién podrá separar perfectamente, en estos éxtasis inexplicables, en esas
devoradoras embriagueces, lo que procede de los sentidos y lo que brota del
corazón? ¿Es el esfuerzo supremo del alma hacia el cielo, o la potencia
ciega de la Naturaleza, que quiere recrearse y revivir?...
Creemos en la unión inmaterial y sin
fin, porque nos amamos. ¡Pero cuántos millones de seres han creído en ella
durante los millones de años que las generaciones cuentan y cuántos que se han
amado, iluminados por la esperanza, se han dormido confiados en el espejismo
engañador de la muerte! ¡Ay! Dentro de veinte años, de diez años, quizá, ¿dónde
estaremos nosotros...?
¿dónde estarás tú? ¿dónde yo?...
Loti y Rachmaninov me recuerdan a mi padre y al olor de una biblioteca enorme con suelo de madera que crujía cuando caminabas.Es uno de los olores más deliciosos del mundo, el de los libros ¿no crees?
ResponderEliminarSiempre me sorprendes con lo que citas en tu blog, como si tocaras un arpa de innumerables y preciosas cuerdas.Besos***
Probablemente de mis olores favoritos, el de libros; uno que me da una calma muy curiosa; si, es verdad :)
ResponderEliminarNo imaginas lo que tus comentarios significan para mi, no sé cómo agradecer por el tiempito que dedicas a visitar este blogsito. Muy sinceramente: Gracias
Y así también mucho muy de la sinceridad un abrazo :D
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